La revolución y la Declaración de Independencia americana
Las Trece Colonias americanas eran territorios que estaban bajo la autoridad de la corona británica, pero disponían de bastante autonomía. Es decir, contaban con algunas instituciones de autogobierno, como las asambleas, que tenían autoridad para recaudar parte de los impuestos. Las colonias estaban obligadas a pagar los impuestos que se aprobaban en el Parlamento británico, pero rara vez lo hacían, alegando que sus territorios no estaban representados.
Las relaciones entre Reino Unido y sus colonias en América eran tensas, y se agravaron entre 1764 y 1766 cuando el rey Jorge III trató de establecer una serie de leyes para regularizar los impuestos coloniales. La reacción de los territorios americanos fue responder con un boicot a los productos británicos.
En 1773, el Parlamento británico aprobó las Tea Acts, por las que se otorgaba el monopolio del té en las colonias a la Compañía Inglesa de las Indias Orientales. Los comerciantes americanos respondieron con el Motín del té, incendiando los barcos británicos que esperaban cargados de té en el puerto de Boston.
Un año más tarde, en Filadelfia, se celebró el Primer Congreso Continental, en el que se reunieron todas las colonias, excepto Georgia, con el fin de presentar una lista de los agravios de la metrópoli. Los enfrentamientos armados comenzaron en 1775.
En 1776, Thomas Jefferson redactó la Declaración de Derechos de Virginia, donde se establecían los principios de soberanía nacional, división de poderes y sufragio.
El 4 de julio de 1776, los representantes de las Trece Colonias firmaban la Declaración de Independencia de los Estados Unidos de América.
Motín del te. Bostón, 1773.