Muchas veces me preguntan si la información que aparece en la Wikipedia es confiable. No es poca cosa la confiabilidad de una enciclopedia ni es fácil desentrañar la naturaleza de la verdad.
Tradicionalmente las enciclopedias recogían una verdad acordada entre partes. Los errores podían resultar cómicos, aunque los hubo también perversos. Deberíamos, por lo tanto, renunciar al fundamentalismo enciclopédico porque la Wikipedia también es hija de su época. No es que contenga más falsedades y errores que la Britannica. Contiene los errores o los aciertos de su tiempo.
Cuando adquirir conocimiento era caro y difícil, las enciclopedias eran costosas y su acervo se encontraba estrictamente vigilado por unos guardianes llamados expertos. El número de artículos era limitado: 100000, en el caso de Britannica. Las enciclopedias tradicionales constituían, además, una de las paradojas más extraordinarias de la modernidad: unos pocos escribían y, por regla general la enciclopedia no era leída ni consultada. Era venerada.
La Wikipedia tiene un espíritu muy diferente. Se ajusta más a la idea original de Diderot y D'Alembert. En primer lugar, hay muchos más artículos: 15 millones en 250 idiomas. Con 3321000 artículos en inglés, es unas 32 veces más exhaustiva que Britannica o Encarta. ¿Importa esto? Sí, el mismo Diderot asegura en el artículo sobre el término enciclopedia que escribió para la Encyclopédie: «Cubrir todo lo relacionado con la curiosidad humana, sus trabajos, necesidades y placeres». En segundo lugar, Wikipedia nace consciente de sus defectos. Diderot también inicia su Encyclopédie consciente de que semejante obra no puede estar exenta de error.
Wikipedia ha cambiado también las relaciones entre los protagonistas. La enciclopedia libre es un sitio de consulta. No la veneramos. Somos parte de ella, de un modo u otro.
Se la critica mucho (lo que es excelente, porque desarticula la idolatría), pero se la usa todavía más. Por añadidura, Wikipedia introduce una alteración del orden normal de las cosas: los lectores pueden ahora crear y editar artículos. ¡Válgame Dios, esto es el acabose! Mucha gente se resiste a esta idea y me dice: «¿Cómo puedes confiar en una enciclopedia en la que escribe cualquiera?». Mi respuesta es simple: si no podemos ni siquiera crear una enciclopedia entre todos, ¿cómo pretendemos construir una sociedad entre todos?
Diderot sostiene en su artículo que una enciclopedia, al intentar plasmar el total del conocimiento humano, no puede ser obra de un solo individuo, sino de hombres de todas las academias. Y luego, en un párrafo visionario, reconoce: «Necesitaremos la asistencia de un gran número de hombres que pertenecen a diferentes clases, hombres de un valor inestimable para quienes los portales de las academias están sin embargo cerrados, debido a su condición social». Es notable que Diderot tuviera más apertura mental en 1751 que algunos críticos de la Wikipedia hoy.
Diderot y D'Alembert estaban pensando en algo más parecido a Wikipedia que a los costosos productos enciclopédicos irrecusables: «Este es un trabajo que no puede ser completado sino por una sociedad de hombres de letras y artesanos diestros, cada uno trabajando en lo suyo separadamente, pero todos unidos solo por su celo por los mejores intereses de la raza humana y un sentimiento de mutua buena voluntad». Hace dos siglos y medio, cuando solo los privilegiados leían y escribían, la separación que hace Diderot tenía sentido. Hoy todos somos hombres de letras, expertos o artesanos diestros en alguna rama del conocimiento, y podemos aportar a una enciclopedia global.
Por eso, ¿es confiable la Wikipedia? Sí. Tanto como nosotros mismos.
Ariel Torres: La Nación, 23/07/2010
(texto adaptado)