Las manifestaciones deportivas más importantes, como las olimpiadas o los campeonatos mundiales, tienen como objetivo principal la competición. Sin embargo, en algunas ocasiones, estos acontecimientos también se han utilizado para denunciar problemas políticos y sociales.
Esta utilización se produce porque los eventos deportivos tienen una gran repercusión, ya que son seguidos por espectadores de todo el mundo. De esta manera, los acontecimientos que suceden durante las competiciones pueden tener una influencia social muy importante.
Un ejemplo de este hecho ocurrió en las Olimpiadas de México, celebradas en 1968. Los corredores americanos de raza negra Tomie Smith y John Carlos, ganadores de las medallas de oro y de bronce en la prueba de 200 m, recibieron sus premios en el pódium y escucharon el himno nacional de Estados Unidos con sus brazos levantados y los puños cerrados cubiertos con unos guantes negros, símbolo en aquellos días de los Black Panthers, el partido político de las Panteras Negras.
Ambos atletas protestaban y se manifestaban públicamente contra el racismo que sufrían en su país las personas negras, reclamando que todos los ciudadanos americanos tuvieran los mismos derechos.
Como puedes ver, el deporte es mucho más que una competición entre deportistas. En ocasiones sirve para reivindicar situaciones de injusticia, como la pobreza en el mundo o el racismo, tal y como hicieron Tomie Smith y John Carlos en los Juegos Olímpicos de México de 1968.
El deporte puede contribuir positivamente al desarrollo de la sociedad, por ejemplo, cuando favorece actitudes de compañerismo, esfuerzo y comprensión hacia los demás. Pero, en ocasiones, influye negativamente, cuando prevalecen el ganar por encima de todo o las expresiones de violencia de los espectadores o de los deportistas.