3. El Imperio Bizantino
El Imperio Bizantino en tiempos de Justiniano.
El Imperio Romano de Oriente, conocido como Imperio Bizantino, resistió a las invasiones germanas y sobrevivió a la caída de la zona occidental. Pero con el paso de los siglos, fue reduciendo su zona de control presionado por los musulmanes desde el este y por los pueblos eslavos desde el norte.
3.1. Origen y expansión del Imperio Bizantino
El emperador Teodosio había dividido el Imperio Romano en el año 395. Estableció como capital de la zona oriental a la ciudad de Bizancio, que luego se llamó Constantinopla. Tenía una ubicación estratégica, en el estrecho del Bósforo, entre el mar Negro y el Mediterráneo. Fue la ciudad más grande de Europa durante largo tiempo.
En el reinado de Justiniano I el Grande (527-565), el Imperio Bizantino alcanzó su mayor extensión. Su general Belisario venció a vándalos y ostrogodos y conquistó el norte de África e Italia. Además, ocuparon el sur de la península ibérica, donde crearon una provincia, Spania, con capital en Cartagena. Para mostrar la grandeza de su reinado se edificaron construcciones como la basílica de Santa Sofía (Constantinopla).
Del siglo vii al siglo x , el Imperio Bizantino fue perdiendo poder y territorios acosado por otros pueblos:
El Imperio Persa sasánida por el este.
Los árabes, que en el siglo VII conquistaron más de la mitad del Imperio bizantino (Siria, Palestina, Egipto) y asediaron su capital en varias ocasiones.
Los eslavos. Durante el siglo ix y x , los búlgaros vencieron a los bizantinos y crearon un imperio que se extendió por casi toda la península balcánica. Pero, finalmente, los bizantinos vencieron a los búlgaros y los sometieron en el año 1018.
3.2. Organización política
¿Lo sabías?
El espectáculo más popular de Constantinopla eran las carreras de carros en el hipódromo, que tenía una capacidad superior a los 50000 espectadores. Los dos principales equipos eran los azules y los verdes y cada uno de ellos tenían muchos seguidores. Además de la rivalidad deportiva, existían diferencias políticas entre los equipos y eran frecuentes los enfrentamientos violentos.
El poder estaba muy centralizado, el emperador bizantino o basileus, era la máxima autoridad política y religiosa. El Imperio era controlado por numerosos funcionarios y un poderoso ejército en el que tuvieron mucha importancia los mercenarios (soldados que luchaban a cambio de dinero). El territorio se dividía en provincias llamadas themas, dirigidas por un gobernador o estratego.
Durante el reinado de Justiniano se recopiló un código de leyes (Código de Justiniano ) inspirado en las leyes romanas.
3.3. Economía
La economía en el Imperio Bizantino se basaba en la agricultura y la ganadería, y había grandes explotaciones agrícolas o latifundios.
El comercio tuvo mucha importancia, ya que en el Imperio Bizantino se cruzaban las rutas comerciales entre Europa y Asia y entre Europa y África. Desde lugares lejanos llegaban pieles, marfil, perfumes, piedras preciosas, esclavos, especias (sustancias para condimentar los alimentos), etc.
Se produjo un gran desarrollo de la artesanía. Se elaboraban y exportaban productos manufacturados, orfebrerí a (trabajo con metales preciosos), telas, sedas, tapicerías (muebles recubiertos de telas y cueros), etc.
Justiniano y Teodora en Constantinopla.
3.4. Sociedad
En la sociedad bizantina existía una fuerte división entre la nobleza terrateniente y una gran masa de campesinos empobrecidos. Tanto el emperador como la nobleza bizantina, imponían a sus súbditos elevados impuestos, por esta razón había un gran descontento entre los grupos populares.
El desarrollo del comercio provocó una intensa vida urbana en la capital, donde vivían los funcionarios, comerciantes, artesanos, etc.
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3.5. Cultura y religión
La cultura bizantina supuso en muchos aspectos la continuación de la civilización romana: el derecho, la administración, y la religión cristiana. Sin embargo, su lengua principal era la griega.
La cultura del Imperio Bizantino
La cultura bizantina tuvo un desarrollo muy brillante, como resultado de la continuación de la cultura grecolatina anterior y la influencia de elementos orientales. El griego era la lengua más hablada. Desde el siglo vii se convirtió en el idioma oficial y la administración dejó de utilizar el latín.
Una de las principales aportaciones de la cultura bizantina fue la recopilación de obras y tratados científicos de la cultura clásica griega, y su transmisión a otros pueblos, como los eslavos.
La religión bizantina
El poder político y el religioso estaban unidos. El emperador se consideraba protector de los cristianos de Oriente. El imperio bizantino fue intolerante en cuestiones religiosas, se prohibió la práctica de otras religiones y persiguieron a los cristianos que no seguían la doctrina oficial.
Entre el siglo viii y el ix tuvieron lugar las guerras iconoclastas. Empezaron cuando algunos emperadores bizantinos prohibieron el culto a las imágenes por considerarlo contrario a la Biblia. Tras siglos de enfrentamientos, finalmente se mantuvieron las imágenes.
Los misioneros bizantinos convirtieron al cristianismo a los pueblos eslavos que se habían asentado en Europa Oriental (al norte de Imperio). Al adaptar el alfabeto griego a las lenguas eslavas, surgió en el siglo x el alfabeto cirílico.
Durante los primeros siglos, los cristianos de Oriente y Occidente estuvieron unidos. Los obispos de ambas zonas tomaban sus decisiones en reuniones llamadas concilios. Así llegaban a acuerdos cuando había diferencias en cuestiones religiosas. Pero pronto surgieron diferencias entre los cristianos de una y otra zona.
Formalmente la cabeza de la Iglesia cristiana era el papa (obispo de Roma). Pero la ciudad de Roma había dejado de tener importancia política, en cambio Constantinopla era la ciudad más grande de la cristiandad. En el año 1054, la falta de acuerdo entre el papa León IX y el patriarca Miguel I (obispo de Constantinopla), les llevó a la ruptura y división en el llamado Cisma de Oriente.
Como consecuencia, Europa Occidental mantendrá su lealtad a la autoridad de Roma, y Europa Oriental al patriarca de Constantinopla. La iglesia cristiana oriental se denominará Iglesia ortodoxa.
ARTE BIZANTINO
Pintura y mosaicos bizantinos
El arte bizantino se caracteriza por su abundante decoración. Realizaban mosaicos, pinturas, iconos y esculturas, que tienen como características comunes:
El uso de colores vivos sin volumen.
Rigidez, frontalidad y ausencia de expresividad de las figuras que representan.
Temas religiosos y de ensalzamiento del emperador.
Después de las guerras iconoclastas, se popularizaron los iconos, que eran representaciones de figuras sagradas (santos, virgen o cristo) rodeadas de un nimbo (disco) sobre un fondo dorado (símbolo de realeza y divinidad) y, normalmente, en un soporte de madera.
Virgen de Vladímir , icono bizantino del siglo xii .
Mosaico de Teodora en la iglesia de San Vital de Rávena. Teodora era una bella actriz y bailarina de gran inteligencia. Justiniano se casó con ella a pesar de su origen humilde. Tuvo un papel muy activo durante su gobierno.
Basílica de Santa Sofía (Constantinopla). Se trata del monumento más espectacular del arte bizantino. Su cúpula fue la más grande que se construyó en toda la Edad Media. Esta iglesia contaba con nave transversal llamada nártex. Otros templos bizantinos destacados son la Iglesia de los Santos Sergio y Baco (en Constantinopla) y en Rávena (Italia) se construyeron las de San Vital y San Apolinar.
La aquitectura bizantina
Se caracteriza por:
El uso del arco de medio punto.
Las cúpulas (cubiertas semiesféricas) sobre pechinas (elemento arquitectónico sustentante que sostiene la cúpula) apoyadas en gruesos contrafuertes (pilares adosados al muro).
El empleo de la planta basilical, de forma alargada con varias naves y un ábside, y la planta de cruz griega, cuyos brazos son de la misma longitud.
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