1. LA DERIVA CONTINENTAL DE ALFRED WEGENER
Recuerda
La antigüedad de la Tierra se mide en miles de millones de años (m.a.). Durante ese tiempo la disposición de continentes y océanos ha ido cambiando.
Hasta que en la década de 1960 se aceptó la teoría de la tectónica de placas, existieron numerosas controversias entre una mayoría de científicos que defendía la inmovilidad de los continentes (fijistas) y quienes propugnaban que estos se habían desplazado grandes distancias a lo largo del tiempo (movilistas).
Mapa de las costas occidental de Sudamérica y oriental de África.
La suposición de que gigantescas masas, como los continentes, pudieran haberse desplazado miles de kilómetros parecía, en principio, descabellada, pero había indicios que apuntaban en esa dirección. El más sugestivo de ellos era el parecido entre las costas atlánticas de África y Sudamérica.
¿Piensas que los continentes están quietos o se desplazan? ¿Y los fondos oceánicos?
1.1. La hipótesis de la deriva continental
El meteorólogo alemán Alfred Wegener fue el primero que reunió pruebas para explicar el parecido entre ambos continentes y demostrar que ambos estuvieron unidos en el pasado. Descubrió que el encaje era mucho mejor si, en vez de por sus costas, se unían por sus plataformas continentales . Pero el parecido no se limitaba solo a este hecho. En efecto, cuando Wegener ensambló ambos continentes, pudo comprobar que había cordilleras con rocas de la misma antigüedad y con fósiles idénticos, que se continuaban a un lado y otro de la línea de unión.
En 1912, Wegener presentó una revolucionaria hipótesis movilista: la deriva continental. Según ella, hace unos 200 millones de años todos los continentes estuvieron unidos en uno solo, al que denominó Pangea, que significa «toda la tierra».
Separación de Pangea según Wegener.
En su hipótesis, Wegener defendía erróneamente que los continentes, formados por una corteza más ligera, resbalaban o se deslizaban sobre una capa continua y más densa que conformaba el fondo marino y se extendía por debajo de ellos. Hoy sabemos que es toda la capa superficial de la Tierra, la litosfera, la que se encuentra en movimiento resbalando sobre el material viscoso y plástico del manto en el que descansa.
1.2. Algunas pruebas de la deriva continental
Wegener reunió gran cantidad de indicios indirectos que demostraban que los continentes se habían desplazado:
Pruebas geológicas. Wegener comprobó que el encaje entre las costas mejoraba cuando se unían por las plataformas continentales. Además, constató la continuidad de numerosas estructuras geológicas a uno y otro lado de la línea de unión.
Pruebas paleontológicas. Se basan en la presencia, en continentes actualmente alejados, de fósiles de organismos terrestres, como reptiles o plantas, que en ningún caso hubieran podido atravesar los océanos que hoy los separan.
Pruebas geológicas
Pruebas paleontológicas
Pruebas paleoclimáticas. Rocas como el carbón y sedimentos como los depositados por glaciares (morrenas) nos informan sobre el clima del pasado. Cuando Wegener reunió los continentes en Pangea, comprobó cómo las tierras situadas en torno al polo Sur poseían morrenas de la misma edad, mientras que en la zona ecuatorial existían grandes yacimientos de carbón.
Sin embargo, aunque consiguió pruebas que apoyaban la existencia de Pangea en el pasado, no halló ninguna fuerza convincente que explicara el movimiento de los continentes, por lo que su hipótesis fue rechazada.
Tuvo que pasar medio siglo desde la publicación de la hipótesis de la deriva continental para que la idea del desplazamiento de los continentes fuera finalmente aceptada. Para ello fue preciso mejorar notablemente nuestro conocimiento sobre el interior terrestre, así como el estudio de los fondos oceánicos y de la distribución de terremotos y volcanes.