El sábado hicimos una barbacoa. Mientras mi tía asaba la carne, me contó que los primitivos humanos aún no dominaban el fue­go, no sabían cocinar y por eso tomaban los alimentos crudos. Tampoco sabían cómo almacenar la comida sin que se estropea­se, así que, en épocas de escasez, se producían hambrunas.

Las hipótesis más probables sobre el origen de la cocina apuntan a que algún hambriento grupo de aquellos humanos acertó a pa­sar por una zona recién quemada por un incendio natural y encon­traron animales y plantas asados, tostados, cocidos... Los comie­ron y, ¡qué sorpresa!: la carne estaba más tierna, y los vegetales más sabrosos y fáciles de digerir que cuando los tomaban crudos.

Aquello les debió de gustar, porque cuando dominaron el fuego, cocinaron, ahumaron o añadieron sal y hierbas a los alimentos. Las costumbres alimentarias cambiaron para siempre.

No sabían que esos tratamientos eliminaban las bacterias perju­diciales de la comida, pero puede que notaran que los alimentos se conservaban más tiempo, que había menos enfermedades y que, al tener comida todo el año, eran cada vez más fuertes.

• Busca en un diccionario las palabras destacadas en el texto y lee su significado.

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• ¿Cuál es la hipótesis más probable sobre el origen de la costumbre de cocinar los alimentos?

• ¿Qué ventajas tuvo la cos­tumbre de cocinar para los primeros seres humanos?

Trabajo con la imagen

1. Localiza en los dibujos diez alimentos diferentes y clasifícalos en función de si son ricos en hidratos de carbono, en proteínas o en vitaminas y minerales.

2. Los personajes del dibujo han organizado una barbacoa. ¿Te parece que están cooperando para hacer la tarea común?

Pienso y opino

3. ¿Por qué crees que debemos alimentarnos?

4. Explica cómo crees que debe ser una alimentación adecuada y saludable para las personas de tu edad.

5. ¿Qué crees que ocurre en nuestro cuerpo con los alimentos que comemos?