Buscando a Gurb
EDUARDO MENDOZA (Adaptación)
El extraterrestre Gurb ha desaparecido en Barcelona tras adoptar la apariencia humana de una mujer. Otro alienígena recorre la ciudad en su busca. ¿Te has preguntado alguna vez cómo somos los humanos a ojos de un extraterrestre?
DÍA 9
00.01 (hora local) Aterrizaje efectuado sin dificultad.
07.00 Cumpliendo órdenes (mías) Gurb se prepara para tomar contacto con las formas de vida (reales y potenciales) de la zona. Como viajamos bajo forma acorpórea (inteligencia pura-factor analítico 4800), dispongo que adopte cuerpo análogo al de los habitantes de la zona.
07.21 Primer contacto con habitante de la zona. Datos recibidos de Gurb: Tamaño del ente individualizado, 170 centímetros; perímetro craneal, 57 centímetros; número de ojos, dos; longitud del rabo, 0,00 centímetros (carece de él). El ente se comunica mediante un lenguaje de gran simplicidad estructural, pero de muy compleja sonorización, pues debe articularse mediante el uso de órganos internos. Conceptualización escasísima. Dispone de medio de transporte de gran simplicidad estructural, pero de muy complicado manejo denominado Ford Fiesta.
07.23 Gurb es invitado por el ente a subir a su medio de transporte. Pide instrucciones. Le ordeno que acepte el ofrecimiento.
20.30 Sin noticias de Gurb.
DÍA 10
07.00 Decido salir en busca de Gurb.
07.30 Decido adoptar apariencia de ente humano individualizado.
08.15 Debido a la alta densidad de entes individualizados, tal vez resulte algo difícil localizar a Gurb a simple vista.
Los seres humanos son cosas de tamaño variable. Los más pequeños de entre ellos lo son tanto que, si otros seres humanos más altos no los llevaran en un cochecito, no tardarían en ser pisados. Los más altos raramente sobrepasan los 200 centímetros de longitud. Un dato sorprendente es que cuando yacen estirados continúan midiendo exactamente lo mismo. Algunos llevan bigote; otros barba y bigote. Casi todos tienen dos ojos, que pueden estar situados en la parte anterior o posterior de la cara, según se los mire. Al andar se desplazan de atrás adelante, para lo cual deben contrarrestar el movimiento de las piernas con un vigoroso braceo. No debo volar ni andar sobre la coronilla si no quiero ser tenido por excéntrico. Nota: mantener siempre en contacto con el suelo un pie –cualquiera de los dos sirve– o el órgano externo denominado culo.
13.00 La posición erecta a que llevo sometido el cuerpo desde hace cinco horas empieza a resultarme fatigosa. Al entumecimiento muscular se une el esfuerzo continuo que debo hacer para inspirar y espirar el aire. Una vez que he olvidado hacerlo por más de cinco minutos, la cara se me ha puesto de color morado y los ojos me han salido disparados de las órbitas.
21.30 Basta. No puedo dar un paso más. Mi deterioro físico es considerable. Se me ha caído un brazo, una pierna y las dos orejas, y la lengua me cuelga tanto que he tenido que atarla al cinturón.
21.45 Recargo energético.
Acorpóreo: Que no tiene cuerpo o consistencia.
Análogo: Similar, parecido.
Conceptualización: Capacidad de pensar.
Excéntrico: Que tiene un comportamiento o una manera de ser que se sale de lo que se considera normal.
Entumecimiento: Rigidez y pérdida de sensibilidad en un miembro del cuerpo.
La vida en el espacio
¿A quién no le gustaría experimentar la falta de gravedad? ¿Te imaginas poder flotar y hacer volteretas en el aire o levantar una roca de 1.000 kg con tus propias manos? Los astronautas pueden vivirlo cuando viajan al espacio, pero su salud debe pagar por ello un precio muy alto.
Los tripulantes de una nave espacial sienten por primera vez el efecto de la ingravidez cuando los motores del cohete se apagan.
Vivir en gravedad cero comporta un proceso de adaptación del cuerpo humano a las nuevas condiciones y cambios en la forma como se realizan las actividades cotidianas en una nave o estación espacial.
Los astronautas deben adaptar sus hábitos de cuidado personal al entorno sin gravedad. Cada astronauta tiene su propio neceser sujeto a la pared donde guarda sus productos personales, entre los cuales hay toallitas para lavarse el cuerpo y champú que no requiere aclarado. La higiene dental se complica por la ingravidez; los astronautas usan pasta dentífrica corriente pero tras el cepillado no tienen donde escupir, por lo que se la tragan. ¡Afortunadamente, el dentífrico que ellos utilizan es comestible!
Dormir en un espacio donde no existe «arriba» y «abajo» debido a la ingravidez hace innecesario el uso de camas, colchones y almohadas, y permite que los astronautas se relajen totalmente. Cada tripulante dispone de una pequeña cabina privada donde hay un saco de dormir sujeto a la pared.
Para alimentar a la tripulación durante toda la misión espacial, las naves llevan suficiente comida preparada que se conserva sin necesidad de refrigeración.
Algunos condimentos, como la sal y la pimienta, se utilizan en forma líquida para facilitar que se posen en la comida y evitar así que sus minúsculos granitos salgan flotando y acaben en los ojos, boca o nariz de los astronautas.
Llorar no es una experiencia agradable para los astronautas. Sin gravedad, las lágrimas no caen; se acumulan formando una pequeña bola de líquido que permanece en el ojo hasta desprenderse dolorosamente y flotar.
El ejercicio físico es una parte muy importante de la vida cotidiana de los astronautas y se realiza con máquinas especialmente diseñadas para mantenerse en forma en un entorno de ingravidez. La falta de tensión y presión debilita los huesos y los músculos, que pueden llegar a perder un 20 % de su masa si no se ejercitan.
La sangre y otros fluidos corporales tienden a acumularse en la cabeza, provocando fuertes migrañas y una sensación de debilidad general.
Cuando regresan a la Tierra, los astronautas deben readaptarse a la gravedad.Muchos sufren mareos y se sienten envejecidos y sin fuerza. El cora-zón tiene que realizar un esfuerzo extraordinario para bombear la sangre, y el esqueleto y la musculatura, debilitados, deben soportar de nuevo el peso del propio cuerpo. Los astronautas notan el peso de los labios y la lengua, necesitan reaprender a hablar en las condiciones de la Tierra y tardan semanas en recuperar totalmente el equilibrio para andar con normalidad.