De qué depende el equilibrio
El equilibrio depende de que tengamos una buena base de sustentación y de que se mantenga dentro de ella el eje corporal de nuestro centro de gravedad. Para que esto ocurra, nuestra postura ha de ser armónica, es decir, debe tener correctamente repartidos los diferentes pesos del cuerpo y las fuerzas que se ejercen sobre él.
Cómo puede ser el equilibrio
Como recordarás, el equilibrio puede ser estático y dinámico. Pero, además, en cada una de estas dos situaciones puede ser, a su vez:
- Estable, cuando, al variar un poco las fuerzas que nos mantienen equilibrados, nuestro cuerpo vuelve por sí solo a una posición de equilibrio.
- Inestable, cuando cualquier fuerza que se ejerza sobre nosotros es capaz de desequilibrarnos.
- Indiferente, cuando esas fuerzas no nos hacen perder el equilibrio.
En consecuencia, cuanto más insegura sea nuestra postura, más y mejores puntos de apoyo necesitaremos.
-
Observa a estos niños y anota cuáles están en equilibrio dinámico y cuáles en equilibrio estático.
-
Para mantener el equilibrio, necesitamos, al menos:
– Cuando somos pequeños.
– Cuando nos desplazamos por superficies peligrosas o resbaladizas.
Coloca el banco sueco contra la espaldera, como ves en el dibujo, e intenta subir por él. Observarás que tienes que apoyar con firmeza las manos y las rodillas.
– Cuando el cuerpo se cansa.
– Cuando trepamos.
Trepa por una espaldera. Observarás que siempre necesitas tres apoyos muy firmes.
– En la forma normal de caminar.
– Cuando vamos en bicicleta.
– Cuando patinamos.
Camina muy deprisa y, después, párate bruscamente. Observa si pierdes el equilibrio.
– Cuando hacemos equilibrios de riesgo, como, por ejemplo, mantenernos sobre una mano, hacer una pirueta, etc.
Gira muy deprisa sobre un pie y, después, párate. Observa si eres capaz de controlar el equilibrio.