Actividades interactivas
Empatía. Participación afectiva de una persona en la realidad vivida por otra. Cuando el gestor de una reclamación es capaz de ponerse en el lugar del reclamante, entendiendo su postura y sus sentimientos, será capaz de entenderla mejor y responder más adecuadamente a sus requerimientos.
Además de realizar un correcto tratamiento de la recepción y gestión de reclamaciones escritas, todo buen profesional de la atención al cliente debe ser capaz de gestionar adecuadamente las quejas y reclamaciones recibidas de forma presencial. En este tipo de situaciones, además de ser aplicable todo lo ya comentado en relación con las reclamaciones escritas, es necesario cuidar el tratamientoque se dispensa al cliente, ya que, al recibir una atención adecuada, este puede modificar la percepción negativa que se había forjado de la empresa y del servicio prestado por ella.
Para realizar un tratamiento adecuado de una reclamación presencial es necesario que la persona encargada de la gestión, además de conocer el procedimiento que se debe seguir, sea capaz de desarrollar un proceso de atención de calidad, en el que la empatía, la asertividad o la capacidad de escucha deben estar siempre presentes. Adicionalmente, debe ser capaz de controlar sus propios impulsos y de hacer autocrítica de la actuación desarrollada, desdramatizando los planteamientos de los clientes mediante respuestas eficaces a los problemas planteados por ellos.
El procedimiento que se ha de seguir ante un cliente que se presenta en las instalaciones de la empresa con el fin de comunicar una reclamación determinada podría ser similar al que se presenta a continuación:
Cuando un cliente insatisfecho se presenta en las instalaciones de una empresa y se queja del bien o servicio que ha recibido, suele hacerlo con planteamientos extremos y exagerados, ya que se ha sentido defraudado con la experiencia de uso percibida. En este momento el gestor le solicitará que le acompañe a un apartado o reservado, alejado del resto de los clientes, a fin de continuar la conversación en un ambiente más cómodo y tranquilo. El gestor deberá buscar:
Una pausa en la presentación de los argumentos por parte del reclamante, lo cual será muy útil para organizar los planteamientos con los que defenderá la postura de la empresa.
Evitar que las razones del enfado del cliente se divulguen entre el resto de clientes que se encuentran en el establecimiento.
A continuación se solicitará al reclamante que exponga tranquilamente las razones de su enfado. De esta forma se buscará aclarar la secuencia de los hechos ocurridos. Para ello será esencial realizar cuantas preguntas se estimen convenientes, haciendo especial hincapié en aquellos aspectos que no hayan sido explicados con suficiente claridad. Así se conseguirá que el cliente se desahogue y tome cierta perspectiva sobre lo sucedido. En este instante será sumamente importante:
Evitar entrar en discusiones innecesarias. El principal objetivo del gestor será establecer puentes de comunicación fluidos con el reclamante y no defender la actuación empresarial a toda costa. El cliente debe percibir que el gestor se encuentra a su lado, buscando una solución a sus problemas y no frente a él.
Que el cliente perciba que desde la empresa se le escucha y atiende. Por ello se debe evitar, en la medida de lo posible, interrumpirlo cuando habla.
Cuidar qué se dice, tanto con las palabras como con nuestro lenguaje no verbal, ya que se puede transmitir preocupación con lo sucedido e interés por encontrar una solución al problema planteado.
Una vez que el cliente ha terminado de expresarse y se encuentra más tranquilo, mostrando ya una cierta predisposición a escuchar, el gestor debe resumir con sus propias palabras sus argumentos. En dicho resumen se intentará mitigar la importancia de lo sucedido, estableciendo una comunicación fluida en la que el cliente se sentirá escuchado y entendido.
Puede ser que el reclamante necesite ayuda para localizar las razones que motivan su insatisfacción, ya que, en ocasiones, necesita diferenciar entre los motivos que describe al reclamar y las razones que realmente han motivado su insatisfacción.
Asertividad. Cualidad de una persona que, con su comportamiento, no agrede ni se somete a la voluntad de otros, sino que manifiesta sus convicciones y defiende sus derechos. Permite comunicar ideas y sentimientos sin la intención de herir o perjudicar y sin dejarse llevar por las emociones, actuando desde la confianza en sí mismo.
Quien es asertivo sabe decir «no» con naturalidad y espontaneidad, sin generar tensiones en su interlocutor.
Una vez aclarados los motivos de la insatisfacción del reclamante, se deberán poner en 7 marcha cuantas acciones se estimen necesarias para atender a sus requerimientos. Para ello se deberán tener en cuenta distintos aspectos:
Es bueno jerarquizar en orden de importancia los distintos motivos de insatisfacción detectados, centrando los esfuerzos empresariales en aquello que es más importante para el cliente.
Se debe mantener en todo momento una actitud positiva y un trato considerado hacia el cliente, y dirigirse a él por su nombre.
Se debe pedir disculpas en caso de que el cliente tenga razón, solo una vez y de forma muy clara. No se debe justificar el fallo, sino reconocerlo humildemente. La disculpa debe concluir con frases positivas y utilizando un tono amable.
No se debe prometer nada que no se tenga seguridad de poder cumplir.
Toda reclamación no tiene por qué ser resuelta inmediatamente. Se puede tomar nota e indicarle al cliente cuándo recibirá una respuesta.
No se debe obviar que en ocasiones el cliente también puede equivocarse en sus planteamientos, haber entendido mal las promesas empresariales o haberse creado expectativas irreales del bien o servicio que adquiría. Si es así, debemos darle las explicaciones convenientes con paciencia, utilizando en la medida de lo posible datos objetivos y contrastables.
Tras comunicar al reclamante la propuesta de solución a su reclamación, es necesario hacer un seguimiento. Al cliente se le debe pedir que, en caso de no desaparecer los motivos de su insatisfacción mediante las acciones propuestas, no dude en volver a ponerse en contacto con la empresa. Esta pondrá todos los medios para comprobar que la solución propuesta ha resuelto realmente la queja planteada. Solo así se podrá asegurar que el cliente ha quedado satisfecho con el servicio prestado.
Una de las principales barreras para lograr una comunicación fluida con el cliente es no saber escuchar. Una buena comunicación exige desarrollar una escucha activa, basada en un proceso comunicativo en el cual el centro es el mensaje comunicado por el cliente. Si, mientras este habla, el gestor está pensando qué le va a responder, realmente no lo está escuchando.
La escucha activa se materializa en el desarrollo de distintas técnicas. Una de las más utilizadas es repetir con nuestras propias palabras lo que el interlocutor ha expresado anteriormente, asegurando así que se ha entendido su mensaje.
Alejandro está muy enfadado con su compañía telefónica. Hace cuatro meses un comercial lo llamó y le ofreció un nuevo plan de precios en el que se incluían 100 minutos de llamadas nacionales y 1 GB de conexión a Internet, con un descuento del 25 % sobre la tarifa oficial durante un periodo promocional de seis meses. Dicha oferta le pareció interesante y, por tanto, decidió contratarla. Sin embargo, en la factura de este mes le han cobrado, adicionalmente a su plan de precios, dos llamadas que realizó a un número que comenzaba por 901 (concretamente, la llamada fue al servicio de atención al cliente de la Agencia Tributaria). Además de esto, la compañía no le ha realizado en la factura el descuento que le habían prometido.
Alejandro acude a una tienda de la compañía y solicita la baja de la línea. El agente que lo atiende le pide que le explique tranquilamente lo que ha ocurrido en un apartado del establecimiento. Una vez que Eduardo le expone su problema, el agente le comunica que las llamadas a números especiales no están incluidas en su plan de precios. Sin embargo, en lo relativo al descuento, tras mirar en la base de datos comprueba que ha sucedido un error, que subsanará inmediatamente. Tras pedirle disculpas, le comunica que en su próxima factura le será abonado dicho importe.
¿Crees que el agente ha actuado convenientemente? ¿Ha olvidado algo?
¿Piensas que Eduardo ha quedado satisfecho?
Solución:
Con las llamadas y el plan de precios, el agente ha actuado convenientemente, explicándole a Alejandro pacientemente por qué se le cobraron las llamadas al 901 y reconociendo el error en lo referente a la tarifa de precios. Sin embargo, ha obviado comprobar que la solución propuesta realmente ha resuelto la queja planteada. En el caso de no recibir en la próxima factura el importe del descuento, la insatisfacción de Alejandro será enorme y, como represalia, puede que no pague la factura o solicite la baja sin atender a ninguna propuesta de solución que se le ofrezca.
En principio, y a la espera del abono del descuento, Alejandro debe haber quedado satisfecho.