Actividades interactivas
La sensación requiere que los estímulos sean captados por los receptores. El nivel de intensidad de un estímulo se denomina umbral. Nuestra capacidad de recibir estímulos es limitada, no podemos ver la luz infrarroja ni oír los ultrasonidos.
¿Cuál es la luz más tenue o el sonido con menor volumen que podemos captar? La psicofísica estudia la relación que existe entre la naturaleza física de un estímulo y las respuestas sensoriales que produce en cada persona. Mide nuestra sensibilidad a los estímulos y pretende establecer relaciones entre el mundo físico y el psicológico. Nuestra capacidad sensitiva tiene diferentes umbrales, que son «los márgenes de nuestra sensación».
Según Eugene Galanter (1962), los umbrales absolutos de las distintas modalidades sensoriales son:
Visión: ver la llama de una vela a 48 km de distancia en una noche oscura.
Audición: escuchar el tictac de un reloj a 6 metros de distancia en una habitación silenciosa.
Gusto: saborear una cucharada de azúcar en 7,5 litros de agua.
Olfato: oler una gota de perfume en un apartamento de tres habitaciones.
Tacto: sentir el ala de una abeja que nos roza la mejilla cuando cae desde un centímetro de altura.
Es la cantidad mínima de estímulo que necesitamos para «darnos cuenta» de algo (umbral inferior) y también la cantidad máxima de estímulo que podemos recibir (es decir, el límite superior por encima del cual no podemos tener más sensaciones).
Para los investigadores de detección de señales no existen umbrales absolutos. Detectar una señal depende no solo de la intensidad del estímulo, sino también del estado psicológico del individuo (experiencia, fatiga, motivación). Un centinela no se comporta igual en tiempos de guerra o de paz, una madre puede oír el débil llanto de su hijo recién nacido y no escuchar el ruido estridente de un vecino.
Comprender cómo distintos individuos reaccionan de forma diferente a idénticos estímulos, o por qué la reacción de una persona varía según las circunstancias, tiene enorme interés, igual que las manchas de una radiografía para los médicos que quieren detectar si esas manchas indican cáncer o un tumor benigno.
Es la diferencia de intensidad del estímulo necesaria para notar un incremento o una disminución ante un estímulo. Podemos detectar cambios muy pequeños en la temperatura y en la altura tonal de los sonidos (habilidad de quienes afinan instrumentos musicales), pero somos menos sensibles en los olores o los cambios de volumen. Cuanto más pequeño sea el cambio que podemos detectar, mayor es nuestra sensibilidad.
«Lo que nosotros percibimos como tintes de rojo, azul o verde, el físico lo describe como superficies que reflejan ondas electromagnéticas de determinadas frecuencias. A lo que nosotros experimentamos como sabores y olores refiérese el físico como a compuestos químicos. Lo que para nuestra experiencia son sonidos de variantes tonos, descríbelo el físico como objetos que vibran a diferentes frecuencias.
Colores, sonidos, sabores y olores son constructos mentales, no existen fuera de la mente. El filósofo pregunta: ¿chirría el árbol que se resquebraja en el bosque si ninguna criatura se halla lo bastante cerca para oírlo? Por descontado que esa caída produciría vibraciones en el aire. Estas, a buen seguro, existirían. Pero no habría allí sonido alguno, porque un sonido, por definición, implica la sensación suscitada por tal vibración en un ser viviente.»
Irvin Rock: La percepción, Barcelona, Labor, 1985, pp. 2-4.
Miopía. La imagen de un objeto lejano aparece borrosa porque se enfoca delante de la retina. Se corrige con lentes divergentes de la potencia necesaria para que la imagen se forme en la retina y la visión sea clara.
Hipermetropía. En este defecto ocurre lo contrario que en el caso anterior. La imagen de un objeto próximo se forma detrás de la retina. Se corrige con lentes convergentes.
Astigmatismo. Cuando la córnea o las superficies del cristalino han perdido su forma esférica y están deformadas se produce el astigmatismo, que crea imágenes enfocadas con zonas desenfocadas en la retina. Se corrige con lentes cilíndricas.
Presbicia o vista cansada. Este defecto se produce por una falta de acomodación del cristalino debido a su pérdida de elasticidad a consecuencia de la edad. La acomodación se refiere en este caso a la menor distancia a la que se puede ver un objeto enfocado. Así, el punto cercano se hace cada vez más lejano.
Cataratas. La visión está empañada porque el cristalino se vuelve opaco y provoca una imagen nublada que puede llegar a impedir la visión. Se corrige mediante cirugía, con una operación en la que se sustituye el cristalino degenerado por una lente intraocular artificial.
Daltonismo. Consiste en la imposibilidad de distinguir los colores, en especial, el verde y el rojo. Un daltónico no puede conducir un coche fácilmente por no distinguir los colores de los semáforos.